La entrevista...Ricardo de la Pe�a Marshall, diputado federal

. - Jueves 31 de octubre - 8:13 am -

Por Juan Mario Mondragón Zúñiga

Ricardo de la Peña Marshall es diputado federal por el estado de Tabasco, es académico y cuenta con el grado de Doctor. Nos expresa que antes que ser legislador, se concibe como un ciudadano que tiene la oportunidad de crear estructuras jurídicas (leyes) para mejorar las condiciones de todos los mexicanos
y de todas las comunidades, particularmente de Tabasco de donde es originario.

Nos recibe en su oficina ubicada dentro del recinto parlamentario del Palacio de San Lázaro, donde reconoce que su actuar es el de “ponerse en los zapatos de los otros” para entenderlos, y así llevar los temas legislativos que le pudieran ser benéficos para el país; como cualquier persona le disgusta la corrupción, la
ineficiencia y la falta de comunicación institucional entre el poder y los ciudadanos.

Lamenta que aún persista esa falsa idea de que los diputados no trabajamos, nada más alejado de la realidad. Nosotros (confiesa) trabajamos no solamente ocho o doce horas, para analizar, discutir, consensuar y aprobar las leyes que emanen de la Cámara de Diputados, sino que nuestro trabajo es permanente, “sin horario ni checador”, siempre con la intención de mejorar nuestra realidad social.

Nuestro entrevistado, cabe señalar, es un legislador tabasqueño con una amplia trayectoria en la academia, y que ha iniciado una lucha para que se reconozca y se valore la aportación cultural del Circo Mexicano, al orbe mundial, es por ello que en breve, subirá a la tribuna del Congreso de la Unión, una iniciativa con proyecto de decreto para tal fin.

El diputado de la Peña Marshall se sincera: “Hay que reconocer que el Circo Mexicano ha sido uno de los grandes disparadores del concepto que actualmente conocemos como el circo a nivel internacional. Si bien, esta tradición surge en China y en Medio Oriente, su concepto era diferente —México contribuyó fuertemente para su difusión en América”.

Recuerda que fue en los Estados Unidos con el Ringling Brothers and Barnum & Bailey Circus, donde inició esta tradición en el siglo XIX. México también aportó novedosos conceptos que fueron difundidos desde la frontera sur de esa nación hasta la Patagonia.

En esa época, refirió el legislador, la gente no podría viajar a África o a la India para conocer un león o un elefante, entonces esos circos decimonónicos brindaban la posibilidad de que la gente de las ciudades y de la provincia pudieran conocer estos ejemplares, pues era una muestra de naturaleza y de malabarismo que eran muy atractivos para la sociedad.

Apenas unos años atrás --lamenta con dolor-- con la reforma que prohibe la utilización de animales en los circos se dio el tiro de gracia a esta actividad. Creo que si existió maltrato innecesario de animales, con esta reforma fallecieron más del 80 por ciento de esas especies; además se destruyó una tradición cultural en México. Todavía recuerdo, que en las décadas de los años cuarenta a los setenta, cuando en nuestro país se organizaban las caravanas circenses –algunas veces patrocinadas por las empresas cerveceras— que recorrían todo el continente americano con su gran aportación cultural.

Ahora es en Canadá, donde el circo ha evolucionado y lo que antes se conocía como actividades circenses en las calles, nace el espectáculo Cirque du Soleil, que ha sido todo un éxito en el mundo. El reto que tenemos enfrente, es para rescatar esta actividad en su evolución, igual que lo hicieron los estadounidenses en su momento o los canadienses más recientemente. Ya tenemos algunos conceptos nuevos como es el circo que ha revivido la utilización de animales, inclusive prehistóricos, a través de máquinas.

Le están apostando a llamar la atención de la generación de los millennials para que estén dispuestos a regresar a los circos; quizá ahora la apuesta es utilizar las nuevas tecnologías que ofrezcan nuevas experiencias, y con ello revivir el Circo Mexicano que es un poderoso trasmisor de cultura, orgullo nacional y fuente de empleo para cientos de familias.

También mencionó, que otra de las actividades que impulsó el Circo Mexicano fueron las carpas de donde surgieron grandes comediantes como Cantinflas o actores y actrices de la Época de Oro del Cine Nacional. Y anticipa: “Pero antes hay que trabajar para revalorar nuestro circo para que las familias que se dedican a esta actividad, recuperen su orgullo y su autoestima, porque desafortunadamente los circos que aún sobreviven son muy pocos –la mayoría en provincia—, pues son pequeñas comunidades de actores, casi siempre todos ellos familiares.

Entonces lo que buscamos es crear una legislación que proteja esta actividad y que la fortalezca, para ello convocaremos a un foro con la participación de las familias circenses, académicos, juristas, entre otros, para crear esa estructura jurídica y administrativa que permita recuperar esta bella tradición y de cultura, concluye el diputado Ricardo de la Peña Marshall.

Juan Mario Mondragón Zúñiga, es Maestro en Derecho Constitucional, profesor de la Facultad de Derecho, en la Universidad Nacional Autónoma de México, y asesor parlamentario.

Email: profesor.unam.jm1@hotmail.com