Ironiza el lenguaje del gobierno actual

. - Miércoles 27 de noviembre - 10:17 am -

Pedro Friedeberg es un gran artista italiano, nacido el 11 de enero de 1937, y naturalizado mexicano desde los 7 años cuando llega a México debido a que sus padres, judíos alemanes, buscan refugio en México en 1939 escapando de la Segunda Guerra Mundial.

Pedro Friedeberg muestra un interés por la pintura, de hecho sus artistas favoritos eran Piranesi y Canaleto. Estudió en Boston y en 1957 ingresó a la carrera de arquitectura en la Universidad Iberoamericana, donde conoce a Mathias Goeritz, artista mexicano de renombre. Al encontrar su vocación, Pedro Friedeberg deja la carrera de arquitectura e inicia las artes plásticas en la misma universidad.

Friedeberg se ha caracterizado por su precioso estilo visible en uno de sus primeros Muebles Fantásticos La Silla Mano: una mano derecha de proporciones ergonómicas que permite sentarse en su palma y los dedos sentados como respaldo.

Su arte se opone al racional-funcionalismo, en el que la función se sobrepone a la forma; el arte de este autor de alto prestigio repudia la ausencia de objetos y fantasía, por lo que su pintura, escultura y estampados están llenos de simbolismos metafísicos, religiosos, hindúes y aztecas.

Entre sus logros destacan becas y premios en Argentina, Puerto Rico y Japón, que junto con su exposiciones individuales y colectivas, lo han hecho una figura destacada dentro del arte mexicano. Sus exposiciones se han realizado en Alemania, Palacio de Bellas Artes, Nueva York y diversas partes del mundo.

Por su gran calidad y características diversas museos y colecciones conservan obras de Friedeberg en París, Nueva York, Colombia, Israel, Italia y Cuba. Este artista surrealista se han inspirado en la ironía y exceso, perteneciente a un grupo de excéntricos del siglo 20 y artistas iconoclastas como Gunther Gerzso y Leonora Carrington que eran irreverentes, rechazando el arte social y política, que fue dominante en el momento.

Friedeberg ha tenido una reputación de toda la vida por ser excéntrico, y afirma que el arte está muerto porque no se está produciendo nada nuevo.

Friedeberg usa el dibujo arquitectónico como su medio para crear composiciones inusuales que incluyen diseños para objetos inútiles, a menudo como resultado del aburrimiento. Ha estudiado e incorporado elementos de varias tendencias artísticas y de diseño desde sus vidas, desde Art Noveau hasta Op Art.

Gran parte de su trabajo tiene una calidad industrial mezclado con palacios imposibles y otras estructuras, con innumerables salas y habitaciones, pasadizos secretos y escaleras que a menudo son absurdas. Su arte ha sido criticado por agregar adornos por su propio bien o incluso por distracción, no está de acuerdo, diciendo que la ornamentación es la forma más antigua de bellas artes, agregada para dar a los objetos una calidad excepcional, incluso religiosa.

Friedeberg pertenece a un grupo de artistas surrealistas del siglo XX, que en México incluyen a Gunther Gerzso, Mathias Goeritz, Alice Rahon, Kati Horna, Leonora Carrington, Remedios Varo y Paul Antragne, que se agruparon bajo el nombre de Los Hartos. Eran originales, excéntricos, irreverentes e iconoclastas.

Un mundo paralelo a la vida cotidiana, donde prevalece el surrealismo, la geometría sagrada, la arquitectura experimental y el deseo constante por explorar el arte, articula la exposición Fifípolis, de Pedro Friedeberg en la Galería Maia Contemporary.

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