�Homo, homini lupus"; �el hombre es el lobo del hombre�

CDMX . México - Miércoles 25 de marzo - 1:53 pm - Juan Mario Mondragón

Es una locación latina que significa “el hombre es el lobo del hombre”; frase que el filósofo inglés Thomas Hobbes, mencionaba en una de sus obras, y señalaba el egoísmo del ser humano. Pero posiblemente el término haya sido rebasado en la actualidad, toda vez que el anterior sentimiento ha sido superado por otras
acciones, como el exterminio de la misma humanidad.

A dos décadas de inicio, de este siglo XXI en nuestro país, he observado por parte de nuestra sociedad, una constante conducta de humillación, vejación, violación y terminación por la vida del prójimo; los asaltos, robos y secuestros son las primeras noticias antes de ir al trabajo, y lo que antes era la excepción, hoy es una
regla.

Para haber llegado a estos niveles de crueldad, nuestra sociedad ha venido arrastrando atavismos sociales y culturales, principalmente, bajo la idea de quien detenta el poder, tiene el derecho inclusive, de quitar la vida a otro; ejemplo de ello la podemos observar en la obra de la escritora Riane Eisler, titulada: “El cáliz y la
espada”, en donde señala que hemos vivido en un sistema social, en el cual se ha idealizado “el poder de la espada” por parte de los hombres, al grado de equipararlos con la masculinidad, aparejado con la violencia y la prepotencia; que les permite quitar la vida antes que darla. Y al pasar el tiempo, esa espada se convirtió en una de fuego, pero con mayor arrogancia y soberbia para quien la porta.

De igual manera, Maurice Joly, expresaba con atinada verdad la naturaleza humana al decir que: “El hombre experimenta mayor atracción por el mal que por el bien; el temor y la fuerza tienen mayor imperio sobre él que la razón”…cierto, muy cierto; palabras que son representadas por dos grandes personajes en la historia social y política de la humanidad, en su obra “Diálogo en el infierno entre Maquiavelo y Montesquieu”.

Y es así, como este satirista francés advirtió la esencia de sus contemporáneos, que hoy en día sigue vigente en nuestras sociedades. Pero la maldad humana no tiene límites, basta con observar afuera de nuestras casas, y muy lamentablemente en las propias, escenas donde familiares, vecinos y amigos, viven violencia física, psicológica, económica o sexual, olvidando algo que es elemental en todo ser humano: el respeto hacia la dignidad humana.

Por ello, es que se debe de reeducar a las personas, partiendo de modificaciones y adiciones a diversas legislaciones, y a la creación de políticas públicas para llevar a cabo esta gran responsabilidad social; partiendo desde una autocrítica, por parte de toda la sociedad mexicana, si es que se quiere que realicemos un kilo no cambio verdadero, a favor de nuestra niñez, de nuestros jóvenes, y de nosotros mismos.